Dr.
Arcenio Estévez Medina.
El mango, traído desde la India, es una fruta que
pocas personas, después de probarla, rechazan.
Crece fácil en climas tropicales es un fruto producido por un árbol de
la familia botánica de las Anacardiáceas, pariente cercano del cajuil y la
manzana de oro. En el lenguaje técnico se conoce a esta planta como Mangifera
indica.
Su sabor delicioso lo hace atractivo para la mayoría
de los individuos que lo comen por primera vez.
Los hay desde variedades pequeñas como el “bullita” hasta muy grandes
como “cabeza de gente” o el de “libra”.
El fruto se consume a lo natural, en jalea, helado, jugo, compota y se
puede conservar por años, maduro y congelado sin pelar. Luego sólo hay que sacarlo del refrigerador,
ponerlo un minuto en agua, la cáscara se le desprende fácil y se come, dando la
sensación de que se mastica un helado.
Es una manera de usted disponer del mango todo el año.
Compota de mango.
Cuando hay cosecha de mangos, una forma de conservar y
aprovecharlo al máximo es elaborando una compota con él. Se puede licuar 50% de agua y la otra parte
de mango bien maduro. No es necesario
agregar azúcar y preparado de esta forma les encanta a los niños. También es una buena opción para los adultos
mayores que tienen escasez de dentadura.
Es muy nutritivo y no contiene preservativos, constituyendo un alimento
muy natural.
Investigaciones sobre el
mango.
La tizana de las flores de esta planta son un buen
antigripal para lo que debemos tomar una taza tres veces al día. El fruto maduro es un excelente laxante. La corteza del árbol tiene acción
farmacológica de antipirético y baja la fiebre gracias a la presencia de una
sustancia activa conocida como mangotina. También contiene ácido mangótico y almático.
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