Dr. Arcenio Estévez
Medina.
El molondrón (Abelmoschus esculentus), conocido en
inglés como okra, forma parte de la familia botánica Malvácea. Su
fruto tierno es comestible y de agradable sabor suave. Cuando deja de ser tierno su contenido se
pone duro y fibroso, esto lo hace difícil de ingerir.
Muchas personas rechazan incluir el molondrón en su
alimentación porque no les gusta el sabor de este vegetal. La principal razón para negarse a comerlo es
la presencia de mucílago, que contribuye a darle una percepción sensorial
babosa. Sin embargo, esto último puede evitarse utilizando el jugo de limón o
naranja agria al prepararlo.
Una vez resuelta esta característica es muy difícil
que se rechace el consumo del molondrón y se puede comer salcochado, guisado,
frito a fuego lento luego de cortarlo en rebanadas y hasta en locrio.
Aportes nutricionales del
molondrón
Con la semilla del molondrón se elabora un aceite, de
muy fácil digestión y aporta 30 gramos de proteína por 100 gramos de la
semilla. Se considera semejante al de
oliva.
Cuando usted come molondrón recibe 2.5 gramos de fibra
por 100 gramos consumidos. Es un
alimento muy bajo en grasa pues aporta menos de 1 por ciento de su peso en este
macronutriente. En cuanto al contenido en
hidratos de carbono recibimos 4.5 gramos por cien ingeridos. También nos provee vitaminas A, C, K, beta
caroteno, algunas vitaminas del complejo B, calcio, magnesio, hierro y
zinc.
Partiendo de esas cifras el molondrón es una buena
opción para las personas que llevan dieta para perder peso. De igual manera para los que tienen problemas
de colesterol y triglicéridos altos gracias a su elevado contenido en grasa. También se recomienda el consumo de este
vegetal para el manejo de los individuos que sufren de estreñimiento y sus
consecuencias.
Muy bueno para los
diabéticos
En las personas que tienen diabetes el molondrón debe
estar incluido como un alimento importante en su dieta, pues aporta menos
hidratos de carbono que la auyama, tomate, repollo, rulo, plátano, ñame,
yautía, guineo verde, leche, yogurt, zanahoria, aguacate, vainita, lechosa,
remolacha, manzana, mandarina, naranja, piña, arroz y habichuela. Todos contienen más de los 4.5 gramos por 100
gramos de este macronutriente que aporta el molondrón.
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